Diagnóstico
El
diagnóstico se basa primero en la historia y la observación clínica, tanto del
profesional de la salud como la que es referida por los familiares, basada en
las características neurológicas y psicológicas, así como en la ausencia de
condiciones alternativas: un diagnóstico de exclusión. Durante una serie de
semanas o meses se realizan pruebas de memoria y de funcionamiento o evaluación
intelectual. También se realizan análisis de sangre y escáner para descartar
diagnósticos alternativos. No existe un testpre mortem para diagnosticar
concluyentemente el alzhéimer. Se ha conseguido aproximar la certeza del
diagnóstico a un 85%, pero el definitivo debe hacerse con pruebas histológicas
sobre tejido cerebral, generalmente obtenidas en la autopsia.
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